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Taller de sal |
Si bien el verano acababa de asomar en nuestro calendario, sentíamos su influencia desde hacía unas semanas. La eminente llegada de las vacaciones, toda la preparación de la fiesta de fin de curso, el trasiego de ropa y calzado veraniego, la preparación de las salidas o viajes… nos sumerge en una estación que muchas veces más que relajarnos nos estresa más.
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Taller de pompas |
No podíamos acabar el curso sin cerrar nuestro ciclo de estaciones. Aunque un tanto apretados, por las fechas (el curso terminaba el día veintitrés de junio), deseaba que el taller se celebrase realmente en verano. Teníamos que lograrlo.
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Taller de agua |
Ante la opción de realizarlo sola con los peques o de que los padres y madres acudiesen a colaborar, muchos estaban dispuestos a participar y tenían disponibilidad para ello. Así que manos a la obra y a aportar cada uno lo que una servidora va demandando por aquí y por allá. Esa colaboración anónima y secreta no tiene precio y es de un valor incalculable. Personalmente he de decir que cuando ves a unos padres colaborar, casi a ciegas, en aquello que le solicitas, sientes una gratitud enorme porque esa confianza que ponen en aquella actividad que programas para sus hijos se traduce en una en un estímulo energético que te impulsa a andar planeando la siguiente actividad antes de haber acabado la primera.
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Con ayuda, todo es fácil |
Por otra parte, los padres y madres aprecian el valor de la tarea y, de esta forma, apoyan conscientemente o inconscientemente los aprendizajes en casa, con sus preguntas, con sus aclaraciones y en muchos casos con sus investigaciones y ampliaciones de los temas en familia. Les estamos mostrando que realmente nos interesa lo que aprenden en el colegio, sin darnos cuenta, vamos inculcando en ellos el valor de la cultura, la investigación y el trabajo en grupo.
Hicimos tres grupos de niños. Y se montaron tres talleres simultáneos. Dos en el patinillo y uno en la clase.
Tenían que rotar cada media hora, aproximadamente.
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A ver quien lo consigue |
El primero de nuestros talleres era de sal. Con ayuda de los mayores fueron tintándola de colores con tizas y llenando pequeños recipientes. Me hubiese gustado encontrar algo más apropiado pero al final, tuvimos que usar copas de champán desechables de plástico. No obstante, el resultado me pareció espectacular. Una idea genial para copiar y decorar la mesa para cualquier ocasión especial, con ayuda de nuestros peques.
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Con espuma el agua es más "diver"... |
Tuvimos también un taller de pompas o burbujas, como las llaman en otros países latinos. No dimos con la proporción exacta de jabón, agua y glicerina por lo que no pudimos realizar las pompas gigantes con las que había soñado. Queda pendiente para otra ocasión porque esta espinita no me la dejo clavada. Realmente el verdadero fracaso estuvo en mi orgullo malherido más que en otra cosa, porque los niños se lo pasaron de lo lindo soplando para levantar espuma, creando sus burbujas al aire, haciendo pompas gigantes sobre la mesa y dejándose hacer algunas, sobre sus barriguitas.
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¡Una pompa en mi barriga! |
Por último, el taller estrella era el de agua con experiencia de flotación. Con una piscinita pequeña en la que no acabaron dentro por muy poquito, pero con la que se remojaron a gusto, salpicaron, flotaron barquitos, patitos, cocodrilos y hasta arañas acuáticas. Como remate, haciendo tímidas incursiones a la zona del taller de pompas, acabaron llenándola de jabón. Lo pasaron en grande, salpicándose y refrescándose.
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Menudo banquete que nos espera |
Al final nos dimos el banquetazo veraniego. No nos hicieron falta ni refrescos, ni helados, ni cervezas "cero cero". Tomamos lo que nos ofrece el terreno en esta época, lo más sano y natural, la fruta. Sandías y melones, que escogieron con cariño para nosotros el papá y la mamá de Pedro, dulces y deliciosos. Creo que la traca final fue la sorpresa de la aparición nuestro cocinero Sebastián , que se ofreció amablemente a ayudarnos. Trinchó dos sandias enormes y un melón en menos de un minuto. Y a disfrutar… aunque para algunos peques parecía difícil superar la aversión por la fruta, al final todos la probaron y disfrutaron de las delicias de su fresco paladar. Los mayores que habíamos sudado lo nuestro corriendo de aquí para allá, también tuvimos nuestra recompensa merecida y disfrutamos aún más si cabe, saboreandolas al mismo tiempo que veíamos comer a los peques, deleitándose con la jugosa fruta, mientras ríos de néctar rosado resbalaban despacio por sus mejillas y barrigotas.
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A algunos les cuesta probar... |
Una manera de comenzar nuestro verano demostrándonos que es fácil buscar entretenimientos sencillo para los niños, sin necesidad de visitar Euro Disney,... que cualquier actividad con el papá y la mamá puede convertirse en una celebración, que el buen tiempo invita a disfrutar más de las familias, a compartir con amigos. Que no es necesario elaborar platos complicados para compartir un manjar delicioso en un ambiente festivo y fraternal.
Querida Maricarmen:
ResponderEliminarGracias por compartir con toda/os los que te seguimos (me consta que somos muchísimas/os) las actividades que has ido realizando a lo largo del curso. Además de disfrutar con tus artículos, hemos ido emulándote en nuestras propias aulas, y por qué no decirlo, en nuestras propias familias dichas actividades u otras parecidas.
Te deseo que pases un buen verano y recompongas fuerzas para volver con más ímpetu el próximo curso. Y, por favor, no dejes de compartir con todas/os los que te seguimos tus iniciativas.
Muchas gracias. Un abrazo.
Irene.
hola MªCarmen
ResponderEliminarQue día mas bonito pasemos todos juntos, como me divertía verlos a todos como se dice ( en su pompa).No importaba que se mojaran se mancharan por que en si era una fiesta de verano y disfrutaron de lo lindo y verlos a todos con esa alegría gustaba,yo creo que los papas también ese día eramos niños por lo menos ese día volvimos un poco a nuestra infancia jajaja
esperemos pasar buenas vacaciones en lo posible de cada uno y volver el próximo curso con las misma ganas y ilusión que este curso.
Por cierto me gusta la armonía y comunicacion que hay entre los padres ya que tenemos que estar mucho tiempo juntos y los niños se llevan muy bien.
UN SALUDO PARA TODOS Y NOS VEREMOS PRONTO
Gracias Irene. Tenerte de amiga y compañera es un lujo. Tú también me enriqueces mucho con tus actividades.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, que lo pasamos bien Maria José. Y eso que el calor apretó bien. Es estupendo que podamos compartir esta amistad entre todos los que formamos nuestra pequeña comunidad educativa. Ojalá el curso que viene se animen muchos más. Los niños lo pasan genial y aprenden con las experiencias. Aunque a veces le cueste la despedida, merece la pena.
ResponderEliminarUn besito para Lucía y María.
Hola, que pena que me lo perdí, se que disfrutaron mucho, yo lo comprobé al inicio y fin de la actividad, todavía esta por aqui la copa de champan llena de sal con ganas de echarla al jardin zenh para poder jugar mas aun.
ResponderEliminar¡FELIZ VERANO!
Sí que lo pasamos bien.
ResponderEliminarSeguro que no quieres echar la copa en el jardín. Pues ya sabes el día que los tengas aburridos ponles a tintar sal y que la echen o que la cambien por la arena. Ya verás que no dan ruido un rato. Ahora no respondo de como te lo van a poner todo.
Feliz verano a vosotros también.