En 2004, el 11-M se convirtió en una fecha fatídica quedando grabada para siempre en el corazón de los españoles. Muchos de nuestros sentimientos tuvieron ese día, un antes y un después. Desgraciadamente, descubrimos que el terror nos afecta a todos y todos podemos ser participes de él. Juntos hemos de combatirlo.
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Nuestras familias con Japón |
El pasado marzo, siete años más tarde, la fatídica fecha del 11-M ha marcado, esta vez, con aún más virulencia, al país de Japón. Todos quedamos impactados ante la fiereza del terremoto que lo tambaleó, ante la desolación que sembró el paso del tsunami y ante la amenaza invisible pero implacable de la central nuclear de Fukushima. Una ola de tristeza como la que emergió del océano nos invadió a todos, no podíamos creer que fuese posible barrer ciudades enteras en un minuto, sesgar miles de vida en un segundo, cambiar todo un paisaje en apenas una hora. Tal vez la visión de aquella inmensa masa de agua envolviéndolo todo, nos resultaba incluso curiosa y espectacular, pero al mismo tiempo, sobrecogedora al sospechar como a su paso iba esparciendo, por los pueblos, la muerte.
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Nuestro tesoro para el Japón |
Hoy, dos meses después, hemos de reconocer que Japón, en nuestra conciencia, va quedando algo atrás, relegado al fondo de nuestras memorias, como cuando despertamos de un mal sueño. Tal vez pensamos que así mitigamos la desgracia, fingiendo, simplemente, que no ha ocurrido nada. Otras noticias han ido tomando más relevancia en la prensa,…la muerte de Bin Laden, la marcha de Zapatero o el duelo Real Madrid-Barcelona, las elecciones… Ya apenas figura una breve reseña a pie de página sobre la lucha que va cobrándose víctimas muy lentamente pero de forma no menos cruel, en la Central Nuclear de Fukushima. Tampoco hablamos mucho sobre la reconstrucción, que durará años, de este país herido y mutilado.
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Cada familia aporta su molino |
Sin embargo, con motivo del Día de la Familia hemos querido traer a la memoria ese bello pero castigado país que es Japón. Esa gran isla que de pequeños nos infundía ciertos temores influenciados por películas americanas añejas, pero que, sin embargo, posee una profundidad en valores, un gusto por la belleza natural y una armonía de sentimientos que tanto puede enriquecernos a todos.
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El molino de nuestra familia |
Si meditamos bien, sabemos que lo que arrastro el tsunami no fue a un montón de desconocidos. El ambiente que se contamina de manera invisible pero sin piedad, segundo a segundo, no envuelve a un montón de extraños,…No, no se trata de personas anónimas, extras de una película, como aquellos indígenas que iban cayendo uno a uno por los precipicios en las películas de Tarzán, sin afectar para nada al guión.
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Ya están nuestros molinitos colocados |
El tsunami ha arrastrado a padres, madres, hijos, familias…Todos tiene su nombre. Ha destruido hogares… ¿Qué debe sentir una mujer embarazada en Tokio sabiendo que el aire que respira se contamina poco a poco? La mayoría ni siquiera hemos sido capaces de tomar un inofensivo analgésico cuando nos encontrábamos en ese estado… ¿Qué debe sentir un padre o una madre que ha tenido a sus hijos pequeños cerca de Fukushima? ¿Cómo deben sentirse las familias que después de sobrevivir al horror del maremoto han tenido que abandonar su pueblo contaminado para aventurarse a un futuro incierto y no volver jamás? ¿Cómo debe sentirse la esposa, los padres, los hijos,… del que está luchando en la Central, sacrificando su vida, por el bien común? ¿Cómo se sentirá el que ha perdido un ser querido y no puede recuperar su cuerpo para, al menos así, aliviar su duelo? ¿Cómo han de sufrir los que, sintiéndose afortunado de recuperar el cuerpo de sus seres queridos, no han podido darle una sepultura digna según sus tradiciones y creencias?
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Felices de regalar nuestro aire |
No son desconocidos, son familias como las nuestras. Todo el género humano es familia. En los albores de la humanidad era así, ese es nuestro instinto, y así está impreso en nuestros corazones. Son personas que aman, que sufren, que han perdido la esperanza, que se debaten pensando como superar esto. Son mujeres embarazadas, madres lactantes, padres jóvenes cargados de ilusiones quebradas y padres maduros superando su cansancio, jóvenes que estudian su carrera, niños que sueñan con ser héroes,…Son familias que necesitan nuestra fuerza, nuestra solidaridad, nuestra alegría.
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¿Una caja de zapato ... o un jardín zen? |
Hoy nuestros pequeños han realizado un gesto sencillo para ayudar a las familias de Japón. Cada niño ha aportado un molinillo de viento, el molinillo de su familia. Los hemos puesto en nuestro patio. Cuando sople el viento, estos girarán y mandarán nuestro aire fresco a Japón, el aire de nuestra sierra, el aire de nuestra costa, el aire de nuestro pueblo…Nuestra brisa irá a Japón para que purifique el ambiente que se les ha ensuciado con el humo de la “fabrica que se les ha roto”. Además vamos a crear un pequeño jardín Zen para todos y uno más pequeñín para que cada uno lo lleve a casa. Queremos recordar la belleza y la armonía que caracteriza a este país, para que no los olvidemos, hasta que consigan recuperar el entusiasmo y para que sepan que nuestras familias están con ellos, enviándoles nuestro cariño y apoyándolos con el corazón en la reconstrucción de sus vidas.
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Decoramos las cajas |
Todo es simbólico en nuestras concienzudas mentes de adultos, sin embargo, es real en la mente de los niños y por eso, estoy convencida de que es posible. Cada vez que juguemos con nuestro jardín, cada vez que soplemos los molinillos, pensaremos en ellos y les mandaremos nuestro amor a las familias japonesas, porque la fuerza del corazón del niño es la mejor palanca para impulsar el renacimiento de nuevas ilusiones. Es el manantial de donde brotan nuestras fuerzas para continuar. Es el mejor abono para hacer crecer la esperanza, la esperanza que, aún hoy, aunque ya no sea noticia, necesita Japón.
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Preparando las tapas para los pequeños jardines zen |
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¡Nos ha quedado bien! |
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También hemos puesto nuestro jardín zen en el patio con los molinillos |
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Aprendemos a acariciar la arena y dibujar formas |
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Elegimos los elementos para nuestros pequeños jardincitos zen |
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Así me ha quedado... |
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Pues yo aún no he encontrado el equilibrio... |
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Cada uno hace un diseño especial. |
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Contentos con nuestro jardín japonés... |
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Lo mejor...nos los llevamos a casa. |
El aire que están mandando nuestras familias al Japón ya ha llegado (ver enlace). Lo más bonito de esta actividad es que los niños y niñas, a su corta edad ,comprenden perfectamente lo que significa. ¡Son unos peques geniales!
Una vez mas me dejas boquiabierta, gracias por despertar en los niños estos valores (y en los no tan niños).
ResponderEliminarNos animamos a escribir este comentario mi mujer y yo para felicitaros por esta actividad, pues entre tantas noticias post-electorales, haber podido comprobar que hay gente que dedican su tiempo a pensar todavía en Japón, y además nos hacen participes a través de internet a los demas, es para agradecerlo y hacernos reflexionar sobre la importancia de los acontecimientos.
ResponderEliminarGracias. J.A. y Marta.
Jo, el artículo es precioso, casi se me saltan las lágrimas. Es cierto que nos vamos muy pronto al Madrid Barça y demás tonterías olvidándonos de lo que de verdad importa. Japón se recuperará. Son un pueblo fuerte y con valores. Pero no les estará de más que nos acordemos de ellos, que no pasen al olvido y que cada uno ayude con lo que pueda.
ResponderEliminarEnhorabuena y gracias por su dedicación y profesionalidad impecable.
ResponderEliminarEs un ejemplo a seguir, se palpa que ejerce de maestra por vocación.
Ojalá hubiésemos aprendido y disfrutado todos en nuestra etapa escolar, con la pedagogía que gozan hoy nuestros niños.
Qué actividad tan bonita. A veces nos olvidamos de incluir en nuestro trabajo a los sentimientos, y tú, en cambio, los transmites día a día en tus clases, con cada proyecto que emprendes. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarNo he podido evitar compartir el enlace en mi facebook para que mis amig@s conozcan esta noticia tan preciosa. ¡Enhorabuena, Mª Carmen, sigue así! Los que seguimos tu blog te lo agradecemos.
ResponderEliminarEnhorabuena Mari Carmen.Siempre inventando cosas bonitas.Tengo mucho que aprender de tí.
ResponderEliminarPrecioso blog con el que nos regalas bonitos artículos como éste y muchos otros.
ResponderEliminarEnhorabuena a ti y a tus alumnos por esta genial iniciativa y por esa concienciación tan generosa y humana ya desde pequeñitos.
Gracias Mª Carmen.Me siento orgullosa de ser maestra al leer tu entrada.La escuela despertando los mejores sentimientos en los niños.Eso sucede si se les motiva y se les enseña a sentir empatía.Y tú lo has conseguido.¡Bravo¡
ResponderEliminarhola Mª Carmen
ResponderEliminarquería comentarte que lucia a llegado del colé diciendo que los niños chinitos que tienen los ojo así ( con los deditos se estiro la piel y se puso los ojos achinados ) en su país que es muy lejos la tierra a temblado y el agua a llegado a sus casas y necesitan aire limpio. por eso me tienes que comprar un molinillo para mandar aire limpio. me quede sorprendida con la preocupación e interés que me contaba la noticia ya que en casa no le habiamos explicado nada, también me dijo que estaban cuidando las macetas del patio y para ello les daban de comer que era ( agua y mimarlas)por eso gracias por todo por que veo que esta aprendiendo unos valores con métodos de actividades muy divertidas para ella. GRACIAS