jueves, 15 de noviembre de 2012

Rectángulos con cinco vértices.


Nuestro nuevo amigo Rectangulín
Durante los dos últimos cursos escolares hemos trabajado habitualmente en grupos. Estos eran flexibles, sujetos a cambios, respetando los diferentes ritmos de los peques. El objetivo siempre era una actividad común, muy motivadora y los pequeños equipos debían ser dirigidos por mí o por los padres y madres colaboradores. Paulatinamente esta dirección ha ido siendo cada vez menos necesaria.

Alegremente puedo decir que de lo que se siembra se recoge. La Educación Infantil tiene ese puntillo tan gratificante que da el acelerado y espectacular desarrollo que experimentan  los pequeños a lo largo de la etapa. De alguna manera, es maravilloso ver como los principios educativos que sustentan mi habitual práctica educativa produce sus frutos y aquello que parecía un caos ha tomado ya forma y funciona equilibradamente.

Hemos llegado al punto en que es posible acercarte a una mesa y escuchar: “esa parte en rojo quedará mejor”, “pinta ahí una nube”, “el puente lo coloreamos entre todos”, “pásame el color que ya sigo por aquí”…Y en medio, me encuentro así como una feliz maestra rodeada de mis pequeños pero fieles pupilos, con más admiración que orgullo, diciéndome a mi misma,…”lo hemos conseguido”.
Unimos rectángulos individuales

En esta ocasión, partíamos de “rectángulos”, troquelados de alguna editorial. Los pintamos individual y libremente. Se trataba de decorarlos, más que de pintarlos. Normalmente esto rectángulos acaban en el casillero personal de cada alumno sobre una cartulina de un vistoso color y perfectamente rotulado con el nombre. Pero el final de nuestros rectángulos, que son anónimos y carentes de firma, iba a ser otro.
Unimos cada uno de los rectángulos y formamos a “Rectangulín”, un nuevo amigo que nos acompaña estos días. Es un robot con cuerpo, brazos y piernas rectangulares.

Nos faltaban piezas para los pies, las manos y la cabeza…así que “a trabajar” y a  formar nuestros grupos de trabajo. Le facilite a cada equipo un trozo de cartulina blanco para que hiciesen lo que les tocase: un pie, una mano o la cabeza. En total cinco grupo, cinco vértices  en el aula, trabajando para completar nuestra obra. Trazados, colores, algún que otro altercado,…al final dos manos, dos pies y una cabeza muy, pero que muy originales. El resultado genial. Añadí los ojos, nariz y boca de mi propia cosecha,…también formo parte de esta comunidad y me gusta aportar siempre mi granito de arena.
Nos encargamos de un pie

Una forma divertida y motivadora de trabajar el rectángulo, concepto muy simple pero que nos puede conducir a practicar numerosas competencias básicas en el aula. Y principalmente a trabajar de forma colaborativa, una de las máximas de la práctica educativa en nuestra “Casita de Miguel”.

¡Felicidades, Peques! Ya comienzo a vislumbrar el final de nuestra andadura, juntos, y espero terminarla colmada de satisfacción, con el gozo de que unidos hemos cumplido nuestro objetivo: la unión será siempre vuestra fuerza. Estáis creciendo como gigantes con corazón gigante.

El otro pie

Creamos la mano.

Hacemos la cabeza

Nos falta esta mano...














La unión es nuestra fuerza.

Un trabajo de todos, para todos.

6 comentarios:

  1. Hola Maricarmen.
    Enhorabuena por esta nueva actividad. ¡No paras de sorprendernos!. Denoto un poco de "penilla" por ser este tu último año con estos alumnos. Sé que este grupo ha sido bastante "especial", y te damos las gracias por compartir tus actividades y experiencias con todos los que te seguimos.
    En el recreo les comento a los "compis" esta nueva entrada, y estoy seguro que les va a encantar.
    Un abrazo.
    Irene.

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    1. Gracias. Vosotros si que sorprendéis con vuestro cariño.
      Los peques se van haciendo mayores...
      Da recuerdos por ahí y acuérdate de comentarles también lo que pensamos sobre el grupo de trabajo.
      Tengo muchas ganas de veros.
      Hasta pronto.

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  2. Muy buen trabajo en equipo. El resultado es espectacular. Un saludo.

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    1. Gracia Ana
      Al final el robot acabará en la basura pero espero que la capacidad de trabajar en equipo continúe en estos peques para siempre. Los universitarios del nuevo plan Bolonia están teniendo serias dificultades en este sentido. Cambiar el esquema de "trabajo para mi" a "trabajo con y para otros" es muy difícil, de un día para otro.
      Es necesario que los maestros trabajemos a largo plazo. Seguro que el reconocimiento será menor pero nuestros frutos mayores. Pensar que estamos cambiando el mundo es lo que más motiva y gratifica en nuestra profesión.

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  3. Estoy totalmente de acuerdo. Yo creo que la imaginación, la solidaridad y la cooperación entre todos es , quizá un esfuerzo a largo plazo, pero con un fruto que les reportará mucho más en el futuro de lo que ahora nos imaginamos. Con cada obra de trabajo en equipo que hacemos estamos formando nuevos emprendedores , solidarios y capaces de formar grupos de trabajo en un futuro que ahora parece muy lejano , pero que llegará antes de lo que piensan.
    Tu idea del robot me parece estupenda.

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    1. Gracias por tu visita. Es muy reconfortante saber que muchos compañeros comparten estas máximas en su práctica educativa.
      Me ha gustado mucho cómo tienes tu blog, con esos colores dorados que hacen del otoño una estación tan bonita.
      Un abrazo desde Alhaurín.

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