miércoles, 16 de febrero de 2011

Viajar a Alaska con la imaginación.

Quizás porque el invierno en nuestro pueblo es casi como un suave otoño o una temprana primavera, a menudo nos olvidamos de esta fría estación que, a veces, nos juega malas pasadas, sobre todo,  cuando tarda varios días en salir el sol, calefacción natural que templa la mayoría de nuestras casas, pobremente acondicionadas, y la totalidad de los colegios públicos de nuestra localidad.

Una inesperada ola de frío nos regaló, hace algunas semanas, una preciosa estampa de la Sierra de las Nieves cubierta de blanco, desde el patio de recreo y, igualmente, podíamos ver la sierra de Tejeda  totalmente nevada desde las aulas del ala norte del colegio. Al mismo tiempo, cada año, los Montes se visten, del mismo modo, de blanco, tal como si cubiertos estuvieran de nieve, con el almendro en flor.

Por todo ello, pensé que tal vez podríamos hacer algunas experiencias con el frío y acercarnos con nuestra imaginación a las lejanas tierras del norte. Habíamos descubierto muchas cosas interesantes en los libros que nos trajimos de la biblioteca.  Allí en el norte, es donde todos los animales son blancos para poder esconderse mejor en la nieve, bien sea para cazar o para no ser cazado. Allí es donde los hombres viven en pequeñas casa redondas hechas con hielo y hacen un agujero en el suelo para poder pescar y sacar agua. Allí es donde vagan sin rumbo los grandes icebergs, compuestos de agua dulce, desprendidos de la tierra y que flotan despreocupadamente, mostrando tan solo una pequeña punta de su grandeza, en el océano salado…

Claro que la imaginación infantil supera siempre cualquier expectativa que nos proyectemos. Así que puse un grano de arena, o tal vez mejor dicho, de hielo, y ellos consiguieron que nos visitara toda Alaska completa.

El martes por la mañana,  todo estaba previsto. El tiempo nos jugó una mala pasada porque febrerillo, el loco, nos acababa de suavizar las temperaturas. No obstante, ellos sabían que de algún modo, el invierno había llegado a nuestra clase antes de que abriéramos la puerta. Les había pedido, que viniesen provistos de anorak, gorro, bufanda y guantes, aunque el tiempo no lo requiriese. Algunos incluso lucieron sus botas de montaña. Sabían que algo especial les aguardaba y toda su emoción se quedó paralizada en un instante en el que todos quedaron sin palabras. Un enorme iglú se encontraba en medio de un paisaje cubierto enteramente de nieve. Su visión, a pesar de estar formado todo por sabanas blancas, transmitía frío. Los invité a que entraran en el iglú. Algunos se acercaron tímidamente otros entraron con gran emoción. Entraban y salían, eso sí tenían la precaución de subirse la capucha o abrocharse algo más el abrigo.


Teníamos que decorar nuestro árbol que aún estaba engalanado con las bolas de Navidad así que pintamos copos de nieve con pintura. Fue curioso descubrirle que la nieve no cae en forma de bolas sino en forma de estrella. También pintamos copos de nieve más pequeño para nuestro mural de invierno pero estos con ceras de color azul claro. A algunos les cuesta aún usar este material y por ello, se ayudaron unos a otros. Ahora nuestro paisaje era realmente de invierno, y lucía precioso.


Por fin, llegó el momento más esperado. Habíamos visto un experimento en uno de  los libros y lo íbamos a poner en práctica. Veríamos auténticos icebergs, aunque fuesen enanos. Pusimos un barreño grande lleno de agua a la que debíamos añadir sal para imitar el agua del mar. Y nos fuimos al comedor. En el congelador habíamos guardado el día anterior tres globos llenos de agua, muy blanditos. Ahora estaban duros y fríos,  se habían convertido en hielo. Les quitamos su cubierta y los pusimos en el agua. Allí flotaban y se deslizaban. El agua se empezó a ponerse cada vez más fría y ellos podían comprobarlo porque sacamos un pequeño cubo para que pudieran ir comparando, con mucho cuidado para no mojarse los puños. Los icebergs se fueron reduciendo a lo largo de la mañana hasta que desaparecieron en el agua salada muy cerca de la hora de volver a casa, igual que les ocurre a los de verdad, aunque tardan un poquito más.
También hicimos una careta de pingüino, porque curiosamente es el animal que más le gusta a la mayoría. Fue muy divertido verlos todos juntitos sobre la nieve,  formando toda una colonia completa.



Tampoco  faltaron imágenes del invierno, la mayoría de Finlandia, que nos envió nuestro amiguito Emilio, al cual pudimos ver de disfrutar en la nieve con su hermana y que nos sonreía a través de la pantalla
del viejo televisor, al ritmo de la canción “Copo a copo”, en un entrañable montaje de diapositivas.

A lo largo de esa mañana y la siguiente, me preguntaban a menudo si podían ir a la nieve. Y era simpatiquísimo verlos jugar con la imaginación a tirarse bolas. Entrar en el iglú y colocarse bien tapaditos con la jarapa que había puesto para cubrir el suelo, conversando cómodamente y haciendo como si tomasen leche bien calentita. Andar por la nieve con precaución porque es muy resbaladiza, alimentar a los pequeños osos polares…
Todos juntitos en nuestro iglú
Consiguieron entrar todos juntos al iglú y fue toda una hazaña porque escucharon todo un cuento completo allí resguardaditos del frío polar, muy juntitos y sin que hubiese ni una sola disputa.


Por último, montamos nuestro mural del invierno con las fotos, materiales y trabajos que algunos han aportado de casa. Es nuestro primer mural conjunto y quedó un poquitín pobre pero seguro que el próximo nos sale mucho mejor. Poco a poco daremos la importancia que se merece a este tipo de experiencia que acercan a los niños al conocimiento de una manera tan motivadora que espero, que además de haberles ayudado a pensar y aprender,  les deje una huella en su corazón para siempre.



Viajando por Alaska

Copos de nieve para el mural

Consultamos los libros de la biblioteca

Enlace interesante: Cómo se construye un iglú

3 comentarios:

  1. Estimada señorita:
    LLevo siguiendo sus artículos desde hace un tiempo, y hoy me he decido a escribir al objeto de agradecerle y reconocerle todo el trabajo que está haciendo por nuestros nietos. Veo que están en muy buenas manos. Gracias y mucho ánimo para seguir en esta línea.
    Sinceramente. Un abuelo agradecido.

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  2. Javier comenta:¡EXTRAORDINARIO! ya se lo paso enseguida a todo el personal de por aquí.

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  3. ¡¡Qué cosas más bonitas preparas con tus alumnos!!De este inviwerno no se olvidarán jamás.
    ¡Te filicito!!

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