sábado, 30 de abril de 2011

Mi mamá me mima

Jóvenes mamás 
Cuenta el pediatra Carlos González en su libro “Bésame mucho” que en cierta ocasión vio como una madre desesperaba por hacer callar a su hijo que lloraba desconsoladamente en el carrito. Este se acercó y le dijo a la madre que probase a cogerlo en brazos, aliviada tomo a su hijo y le confesó que no lo había hecho por miedo a las reprimendas del pediatra que tenía delante.

A menudo he vivido casos parecidos, la mamá que se avergüenza ante la maestra de reconocer que ha consolado a su hijo por la noche, que disfruta tomándolo en brazos y achuchándolo, que en alguna ocasión lo ha acompañado si tenía miedo, que le acuna de noche para dormirlo, que le ayuda a comer cuando le cuesta trabajo,….

Corazones para mamá
Muchos leímos, como primera frase completa, la legendaria frase: “Mi mamá me mima”. Yo lo hice en mi añorada cartilla de “amiguitos” de la que aún conservo en mi recuerdo su vista, su tacto y sus imágenes. Ninguna de nuestras madres se planteo nunca que estas palabras pudieran causar daño a nuestras tiernas conciencias infantiles, ya que en aquel tiempo las circunstancias y las estrecheces de la mayoría, nos hacían  comprender,  sin peligro, el significado profundo del término “mimar”.
Trabajamos por mamá
Decimos que las plantas para crecer necesitan que las mimen, que para una comida salga deliciosa  hay que cocinar con mimo, que la cristalería, si no quieres hacer tiesto,  hay que limpiarla con mimo, pero y nuestros hijos… ¿no necesitan también ser formados con mimo?
Curiosamente hoy, que tanto tememos que nos acusen de mimar a nuestros hijos, existen más consentidos que nunca. Pero realmente, mimar no es consentir. Una madre sabe mimar a su hija y su hijo con el corazón y la inteligencia, nunca con el monedero.

Mamá merece nuestro esfuerzo
Mimar es abandonar la tarea que estamos haciendo porque sentimos que nuestro hijo crece cada minuto y nos necesita, mimar es tirarse al suelo para compartir un juego aunque duelan los huesos, mimar es consolar al que llora y disfrutar con el que se ríe, mimar es sonreír a solas cuando lavas su ropa, mimar es expresar un consejo aunque duela por dentro, mimar es aceptar cada etapa que va viviendo el hijo, mimar es sonreír cuando ha de partir aunque llores por dentro,…

Un dibujo por mamá
“Mi mama me mima”…Porque una madre sabe amar más al hijo que a sí misma, una madre siempre  acepta al hijo en su diversidad, una madre le apoya en sus proyectos aunque se quede sola, una madre sabe ayudarle  cuando la necesita,  una madre entiende lo que siente con solo una mirada, una madre siempre oye cuando quiere expresarse, una madre lo abraza en los triunfos y lo besa en los fracasos, una madre le canta cuando lo ve sufriendo, una madre lo acuna si se encuentra enfermo, una madre lo enseña porque posee la sabiduría  que toda mujer lleva dentro, una madre consuela al hijo porque comparte su sufrimiento, una madre abriga con el calor de su alma entregada, una madre siempre tiene un consejo, una madre acompaña sea cual sea el momento, una madre siempre guía aunque  ya no esté presente.

Flores para mamá
Mi mamá me mima…Madres, no temamos de mimar así a nuestros  hijos e hijas. Algún día tendremos la recompensa  pues disfrutaremos viéndoles mimar al suyo de la misma forma y no  lamentaremos  este tiempo entregado. Porque el amor de madre trasciende y se conserva. Es una energía tan potente que nunca se destruye solo se transforma en versos.
Arañas que se convierten en soles

 ¡Feliz día de la madre!










Dedicado a todas las madres de los niños y niñas de la Casita de Miguel.
También a las abuelas, especialmente a mi madre, que en unos tiempos muy difíciles, supieron mimarnos, a pesar de la dureza de su trabajo.
Y a todas esas madres que se desviven por mimar a sus hijos en situaciones extremas de pobreza o guerra.



viernes, 29 de abril de 2011

Un libro es un amigo

Gran parte de los libros de mi biblioteca personal son herencia de mi suegro. Algunos son preciosísimos como las obras completas de García Lorca, las de Blasco Ibáñez,  El Quijote y las Novelas Ejemplares de Cervantes, o las de Benito Pérez Galdós con los Episodios Nacionales, último texto que le acompañó el día de su marcha.
A menudo, él repetía a mi marido esta frase: “Un libro es un amigo”. Y aunque, personalmente, los prefiera de carne y hueso, no puedo negar que en esta frase hay mucho de cierto.

Preparamos las herramientas
Pienso que los libros consiguen caldear un hogar más, que la mejor calefacción y aunque sea engorroso poseerlos por los cuidados que requieren, los adoro. Es imprescindible que lleguemos a amarlos y entenderlos. Creo que, como los mejores amigos, nos acompañan y consuelan en los malos momentos pero, sobre todo, nos elevan en los buenos.


Nivelamos la balda con un cilindro
Considero que no es cierto que a algunas personas no les guste leer.  Leer, leemos a diario y mucho, en Internet, en  la prensa o incluso en revistas. Tal vez lo que realmente ocurre, cuando no disfrutamos con la lectura, es que no hemos sabido encontrar el libro que se ajuste a nuestra alma, sí, que se nos ajuste como un guante. Deberíamos experimentar algo así como lo que ocurre en aquella escena de “La sombra del Viento” donde el protagonista ha de escoger el libro que marcará su existencia, en el cementerio de los libros olvidados.

Atornillamos despacito
Por todo esto, me gusta aconsejar a los padres y madres que lean a sus hijos y disfruten a su vez de la lectura. La competencia lectora del niño siempre es mucho más baja que su competencia para entender los textos,  por lo que es capaz de disfrutar a través de sus oídos de aquella obra que no es capaz aún de leer con soltura. Por ello, si habitualmente leen solos, a menudo se desmotivan y pierden el gusto por la lectura, le resulta monótona, muy por debajo de su nivel de comprensión y tremendamente aburrida. Hemos de asegurarnos, si aún no ha sido cautivado por esta práctica, de leerle cuentos, historias, que le transporten a un mundo de  ilusión y  fantasía. Textos que les enamoren.

Guardamos las herramientas
Elegir los libros adecuados es también importante. Admiro a los autores que se dedican al género infantil y juvenil ya que me parece tremendamente difícil acercarnos al mundo de los peques desde nuestra perspectiva de adultos serios. Muchos nos hemos olvidado de nuestros sentimientos e ideales juveniles y luchamos en un mundo plagado de consumismo, competitividad y hedonismo. Por todo esto, salvar a un príncipe y morir heroicamente en el intento,  preferir el amor a las riquezas, amar el compañerismo y la deportividad, respetar la diversidad, valorar los logros de los otros,…son conceptos que no caben en nuestros corazones desgastados por la sociedad del bienestar y el materialismo.

Colocamos las mesas que apartamos
Las adaptaciones infantiles de obras clásicas me suelen parecer nefastas. Carecen de creatividad propia. Se ocupan de historias que no son adecuadas para los niños ya que no fueron diseñadas para ellos. Revientan los finales y más que favorecer la lectura, nos conduce a no retomar jamás ese libro en la vida adulta. Realmente pensamos que lo hemos leído aunque únicamente hayamos probado el pastel ligeramente con la punta de nuestro dedo. Piensen… ¿Cuántas obras originales han leído después de leer sus adaptaciones?

Triángulos rojos a los libros de animales
Con motivo del “Día Internacional del Libro” hemos inaugurado nuestra pequeña biblioteca de aula. Hemos colgado los estantes con la ayuda del papá de Emilio,  hemos clasificado nuestros libros poniéndole pegatinas identificativas según los temas,  hemos reparado los dañados para inducirlos a cuidarlos, hemos colocado los libros en lugar asignado, hemos rotulado el cartel…

Hemos pasado momentos de dificultad porque, aunque estábamos muy lejos del taladro, su ruido les daba miedo. Al final lo superaron con creces y colocaron tacos y atornillaron los tonillos, recogieron las herramientas y bueno, como siempre ocurre, a unos les interesó más y a otros menos.

Etiquetando los cuentos clásicos
Por último, hemos invitado a los padres y madres a nuestra clase para conocer nuestra biblioteca y disfrutar también de la lectura de un cuento, pincelando el aire de afectividad y sentimientos. Trataremos de mostrar que es posible leerles con entrega, disfrutando de la lectura, metiéndonos de lleno en la historia, temiendo que se nos duerman rendidos por el cansancio del día, antes de llegar al final que nos intriga aún más a nosotros mismos que a ellos,…

Libros, fieles amigos, que acompañáis al que está débil y enfermo, al que vive solo,  al que siente  la duda, al que desea pensar, en el descanso del verano, en aquel viaje largo, en la espera de la consulta, en la despedida nocturna de los hijos…Libros, quisiera que fueseis también compañeros y amigos de estos niños que hoy os dedican su trabajo.

Ahora que no nos ve Mari Carmen...un vistazo mientras etiquetamos

Así nos va quedando...guay

Rotulamos un cartel para la biblioteca
                                   
Así de bonita ha quedado nuestra biblioteca

Un cuenta-cuento en familia
Nuestro agradecimiento a Hipólito, el papá de Emilio, que dejó hoy de ayudar a traer niños al mundo para ayudar a traer el mundo a los niños.
                                       

sábado, 16 de abril de 2011

Crecer con pasión



Maestros doradores
Estos días en los que Ascen , Lola y yo, con los niños,  preparábamos el taller de Semana Santa, he evocado, con cariño, diferentes  capítulos referentes a la misma, de mi vida, de nuestras vidas…Puede decirse que ilustran claramente cada etapa de nuestra historia personal.  Por supuesto, que existen sensaciones comunes a todas la épocas, sensaciones de siempre,  como la graciosa vista de los carros de limones de cáscara gruesa, el olor a incienso o la sensación extraña de pisar sobre el piso cubierto de cera…Pero otras muchas pertenecen a cada una de las etapa del crecimiento como persona. Es como si viésemos el mismo prisma pero desde diferentes caras.
Floristas

Los primeros recuerdos…la sensación de quemazón de la cera sobre la palma de la mano y la suavidad del preciado tesoro conseguido moldeándose entre los dedos, los dolores de piernas que no eran otra cosa que el cansancio y los huesos estirando para hacernos más altos, el saborcillo dulce del azúcar glasé en los labios, restos del pastel de nata en forma de pez que nos compraba mi padre en La Cubana, las largas colas para coger el autobús a la vuelta, el arroz con leche que nos esperaba en platos hondos  sobre la mesa de la cocina con sus ondas  pintadas con canela que durante horas había “meneado” mi madre sobre la hornilla para que no se pegase.

Bordadores
Después vinieron los amigos y el novio, persiguiendo todos , con  alegría e ímpetu, los momento cumbres de la Semana Santa malagueña.  Corriendo con el flujo de jóvenes y a contra corriente de los mayores. Que si  el desembarque de la legión, que si la salida de “Los gitanos”, que si la Zamarrilla, el Chiquito y la Cena en un triple cruce en la Alameda, que si la Servita en calle nueva, que si los Viñeros en la Catedral, que si el Cautivo por el puente de la Aurora, que si el Sepulcro por calle Larios, que si el encierro de los Estudiantes,…Y entremedio a comerse un campero, que nos sabía a gloria, en “los Paninis”, y a descansar las piernas para continuar la marcha.

Maestros cereros
Más tarde, cuando llegan  los hijos, buscas lugares más tranquilos a horas más tempraneras y a jugar a contar nazarenos, a adivinar colores, que si lanza un besito, qué bonitas las jacas, a imitar los tambores…Y más hijos… y a buscar menos bulla porque resulta heroico no perder a ninguno entre tanto barullo. 
Bullicio en las calles

Y ahora que ya somos del pueblo, de Alhaurín de la Torre, nos alegramos viendo a la gente feliz disfrutando de sus cofradías, vistiendo sus colores: los verdes, los “moraos”, la dulzura de la Pollinica y la unión de todas con el Resucitado y el recuperado y peculiar Paso, compartiendo las calles recién encaladas y limpias. Gozando, en la noche, de la brisa  que nos trae la primavera. Recibiendo sensaciones de orgullo, de alegría, del trabajo de los que ponen la ilusión de un año al servicio de su gente.
Portadores del trono
¿Quién no ha jugado, alguna vez, con sus hermanos o amigos a “procesiones”? Recuerdo que una vez, esperando a mi madre, montamos una procesión completa: mantillas, nazarenos y de cartón el trono. Pegaron en la puerta, abrimos sin pararnos,  y allá que salimos, por el largo pasillo, desfilando. Pero cual fue la sorpresa que era doña Lola, la vecina de arriba, que, con sus ojillos pequeños y vivarachos, nos miraba perpleja. Por años nos reímos recordando la vergüenza.


Banda escolar de música
Hemos  conseguido, entre otros objetivos,  que los peques disfruten aprendiendo, jugando a “procesiones” con un trono creado con ilusión y con sus manos. Que aprecien el trabajo y el tesón de los que ofrecen al pueblo, gratuitamente,  el fruto de su esfuerzo. Que aprendan tolerancia, a respetar la fe de los mayores, la pasión de la gente, la valía de lo nuestro. Que participen todos, sean de la confesión que sean, por eso el trono está exento de imágenes para que cada uno la ponga en su corazón y  tiene los colores de los cinco continentes. Que reconozcan las señas de identidad cultural del entorno que les rodea y participen con entusiasmo, afabilidad y  desprendimiento  de las actividades sociales y culturales que nos regala nuestro  pueblo.

Alhaurín está en la calle… Nuestros niños, con pasión, crecen.

Nos ayudamos a ponernos los capirotes


¡A pulso!

Las calles son muy estrechas

"Verdes y moraos"

Hermano Mayor de la Cofradía de la Amistad

Mantillas
Maniobrando con el trono...y los capirotes

Lucía y Pablo nos invitaron a todos a unos bocaditos

El encierro
Fuente de las Tres Gracias

Otra vista del encierro

Despedida...nos vemos en el pueblo.
Gracias a los niños y niñas de la Cofradía de la Amistad que nos habéis contagiado de vuestra  ilusión y fantasía. 
Gracias también a los padres y madres que nos habéis apoyado aportándonos  los varales, las hueveras, los tubos de cartón, los bocaditos...y vuestro entusiasmo.
                                                                                 Lola, Ascen y Mari Carmen

miércoles, 6 de abril de 2011

Sentir que ha llegado la primavera

Al margen de las molestias que causa por las  alergias y demás, la llegada de la primavera, sobre todo a los andaluces, nos llena de optimismo. La naturaleza se nos muestra en su máximo esplendor y nos envuelve, conduciéndonos  a sentirnos como parte integrante de ella.

Iniciamos el proyecto de primavera
En el colegio, los niños dejan de vestir las gruesas prendas con las que los cubrimos en invierno, manga sobre manga tratando de aislarlos de la humedad  característica de nuestro clima malagueño. Ellos comienzan a lucir sus livianas y coloridas prendas de entretiempo mostrándonos la peculiaridad de cada una de sus figuras infantiles, sus simpáticas posturas y sus movimientos llenos de gracia y expresividad.

Igual que ocurre en el otoño, la primavera inunda cada uno de nuestros sentidos, por lo que nos ofrece una ocasión irrenunciable para trabajar de una forma totalmente práctica con ellos. Hemos de tener en cuenta, así mismo, que también nos colma de alegría y crecen sentimientos de esperanza en nuestros corazones. Abre las puertas de nuestras casas y nos invita a disfrutar de los renacientes jardines y parques.
Mezclamos colores

Por todo ello, deseaba trabajar no solamente el oído, el tacto, la vista, el olfato y el gusto,…sino también de sentido afectivo. Compartir esa ternura que nos despierta la contemplación de las flores, los pájaros, los insectos, los brotes tiernos,…Y que mejor manera que rodeando a los pequeños   de los que más los quieren: sus familias. Así que quedaron invitados los papás, las mamás y los abuelos para colaborar y disfrutar juntos de una jornada creativa.

Despertando los sentidos
¡Manos a la obra! A preparar un taller muy didáctico pero que resultara ser a su vez, festivo, comunicativo, distendido y muy resultón. Los niños habían de sentirse  los anfitriones pero a su vez los protagonistas de la actividad.

El grupo quedó dividido en tres equipos de trabajo y organicé tres talleres: engalanado del patio de la clase, un collage sensorial y una  “fresada” (cocina alrededor de ese fruto). Iríamos rotando cada veinte minutos,
Nos invade un delicioso olor a fresas
de modo que todos participarían de cada actividad. Tres grupos de adultos se ocuparían a su vez de cada uno de los talleres.

Confieso que aunque esta experiencia de talleres con padres no es nueva para mí, siempre que la abordo con un grupo nuevo me produce mucho desasosiego. Temo que las familias no capten el sentido de la actividad, que se aburran o no se sientan a gusto, que los niños se porten mal o alguno haga un numerito y se pelee… Sin embargo, siempre acabo concluyendo que ha merecido la pena y que debemos de repetir.
Pequeños pintores

Pintar un patio con pintura plástica sin que se estropeen los motivos proyectados en  los murales, tratando de no manchar y de que se manchen lo mínimo, sacar diferentes colores con los tintes, conseguir que la pintura no acabe en el pelo, evitar que se cayesen de los andamios…fue toda una hazaña. Los pintores se lo pasaron fenomenal, disfrutando de la brocha y los colores. Ahora solo  queda evitar que pasen la mañana abriendo la puerta porque tienen que andar asomándose  para admirar su obra: “Yo pinté ese”. “Ese es el mío”…


Colores y texturas
El collage sensorial trabaja cada uno de los sentidos de una manera práctica. Los círculos están hecho con materiales de distintas texturas (diferentes lijas, borreguito, terciopelo, cuero, papel estriado,…). Las formas ovaladas están rellena de algodón en tonos pasteles que luego se impregna de colonia. El centro son caramelos que pudimos probar mientras los pegamos y están cubiertos con papel de celofán, con una doble función: proteger los dulces  de la tentación  y producir sonido de crujido al tocarlo. Por último cada pétalo tiene un color y está rematado purpurina. Ojo: Es para disfrutar ¡Se puede tocar! Y oler, o escuchar...
Picamos con cuidado

La “fresada” aromatizó nuestra aula deliciosamente. Las fresas estaban en su punto de maduración y cuando iniciamos la actividad las madres se lanzaron a una maratón para ver quien pelaba más fresas en cinco minutos. ¡Alto, qué son los peques los que pican! Con los cuchillos del socorrido Ikea y sobre platos desechables picaron fresas, plátanos, hicieron zumo de naranja, nata, y… algunos comieron, y comieron y comieron…, algo así como, pico una, como dos. Al final: “fresas con nata”, “fresas con leche condesada” y “fresas con naranja y plátanos”.

Deliciosas...
Ya solo quedaba darnos un banquete con nuestros exquisitos platos preparados. Los padres y madres compartieron el momento y se atrevieron a comer lo que con algo de descuido, pero con mucho cariño habían cocinado los pequeñines. Fue un momento mágico y creo que todos los adultos nos sentimos felices y primaverales viéndolos a ellos satisfechos, contentos, llenos de vitalidad  y enormemente espontáneos.


Primeros brotes
Decoramos los tiestos








Y para rematar  el proyecto decoramos tiestos de macetas con pegatinas de colores para terminar de engalanar nuestro patinillo.
Y como no, con nuestro lápices y un poco de magia, al árbol de la casita de Miguel ya le han salido los primeros brotes.

¡Sentimos que ya es primavera!

Los primeros brotes en nuestro árbol

Nos encanta trabajar juntos

Nuestro collage sensorial

Activando nuestros sentidos

Con la primavera ha vuelto nuestro amigo Emilio

¡Así de bonito nos ha quedado nuestro patio!