jueves, 29 de marzo de 2012

Ya tenemos una manita.

Los siete ya tienen su manita
    Los más mayores de nuestros peques ya han cumplido una manita completa. Cinco añitos. Todo un reto.

    Apenas si acabamos de atravesar el ecuador de la etapa de Educación Infantil que compartimos y ya se empieza a vislumbrar más cerca el final que el principio. Es curioso cuando repasamos las fotos de apenas hace una año. Cómo han crecido, no solo en estatura sino en madurez. Incluso las expresiones de los rostros lo delatan. Los logros que han alcanzado: la comprensión de las explicaciones, el dominio del lenguaje, la complejidad de sus relaciones,  el manejo de la lógica y los conceptos nuevos,...
Un desayuno muy festivo

    Atrás fueron quedando los escapes, las rabietas, los garabatos, las nostalgias por los brazos familiares, el egocentrismo,….Al mismo tiempo que despejamos los antiguos escollos, vamos encontrando nuevas dificultades a superar, nuevas metas a alcanzar, nuevas situaciones que afrontar.

En compañía todo está delicioso
    Y con todo ello, siento que se nos han hecho mayores. Y me doy cuenta que empieza esa etapa en la que fácilmente podemos caer en una especie de sopor y tranquilidad. Todo marcha bien y esto de “ser padres” ya viene rodado.  Pero en esta tarea no se nos permite dormirnos.  Estamos construyendo personas y eso es un trabajo que no tiene descanso, ni un solo día lo habrá en la historia de nuestra paternidad. La fuerza que imprimamos a los cimientos será lo que determine el peso y el empuje que ese “edificio del ser” está preparado para soportar.  Son en estos años  cuando hemos de enseñarlos a recurrir a nosotros ante las dificultades, y,  a prescindir de nosotros cuando no sea necesaria nuestra intervención y sean capaces de resolver sus cuestiones autónomamente. Hemos de estar en  una especie de alerta permanente, como hacen los bomberos que se mantienen pasivos hasta que una alarma les indica que se les requiere.

Todos disfrutamos la fiesta
      Nadie nos enseño a ser padres, ninguna universidad, ni escuela se dedica a ello. Sin embargo, tenemos la responsabilidad de dar la máxima expansión a las capacidades de nuestros hijos. Hemos de ser unos especialistas en la continua búsqueda del  equilibrio que exige la tarea del educador.  Y no se trata de vanidad, sino de pararnos a pensar que en cada uno de estos peques que extiende con orgullo su manita y se admira de sentirse tan mayor, hay  un eslabón único de la cadena de la existencia de la humanidad. Cada uno de ellos tendrá las llaves que abrirá las puertas a un futuro mejor, tendrá el poder de cambiar la historia del mundo,…
Las mamás hicieron dulces
muy sanos y llamativos

     De todo lo que sembremos hoy recogeremos mañana.  Atenciones, cariño, perdón, alegría, caridad con los ancianos, fraternidad con los hermanos, escucha, diálogo, comprensión,… Hoy es el día que empieza su mañana.

lunes, 19 de marzo de 2012

¿Jugamos juntos, Papá?

Emilio y su papá crean la biblioteca
Hace unos años, mi marido bajo a jugar con nuestro hijo que tenía  dos años mientras yo adelantaba algo en casa. Pasó un vecino, de esos a los que les gustaba hacer bromas de esas a los que solo a uno mismo le hacen gracia. Lo vio lanzar pacientemente la pelota una y otra vez al niño, y le preguntó con sorna: -¿Qué, vecino, de “guardero”? Él tranquilamente le respondió: -No, simplemente jugando con mi hijo.

Lucía y su papá
Desayuno tras los talleres
Han pasado los años, la familia ha aumentado mucho, y ni siquiera por un momento hemos tenido la tentación de pensar nunca que esos momentos vividos de juego con los niños fuese una perdida de tiempo. Que la tarea de adelantar en casa, el trabajo, nuestro descanso, fuera más necesaria, productiva o inteligente. Creo que es de los mejores tiempos que se pueden invertir en el crecimiento de una familia.

Gracias a esos momentos vividos hemos desvelados secretos escondidos, hemos recibido revelaciones inconfesables en otras circunstancias, hemos estrechado lazos, hemos despertado sentimientos de amistad fraterna,…

Pablo y su papá.
Compartimos fresas.
Y si nos paramos a pensar. Realmente… ¿A quién beneficia más estos momentos de dulce intimidad, de camaradería, esta dulce complicidad, este intercambio de sonrisas, miradas, abrazos, cosquillas, achuchones…? Sinceramente... ¿No nos engrandece  tanto el alma a nosotros mismos como a ellos?

Que bonito sería que fuésemos consciente que "el hoy" de nuestros hijos nunca más volverá; que un día descubriremos que nos rebasan en estatura; que nos superan en fuerza; que, antes de lo que pensamos, su alma estará forjada para hacer su propio camino.
El papá de Nacho
En el verano, un taller de sal.

Hoy mi marido, con motivo del Día del Padre, ha recibido una carta de un muchacho de veintiún años. En ella le recuerda aquellos tiempos que pasaron juntos, aquel día en que jugaban a la pelota delante de un portal y también otros muchos que compartieron. En su escrito, le agradece que siempre encontrase respuesta positiva cuando se dirigió a él  y le preguntó: -¿Jugamos juntos, Papá?

Felicidades por ser padre, hoy y siempre.

viernes, 16 de marzo de 2012

Competencias sin competencia.

Rincón  de expresión
Hace algunos años, se puso muy de moda el término “competente”. Tener un profesor, unos padres, un amigo o un médico competentes era de lo mejor. Popularmente usábamos la palabra "competente" para describir  nuestra empatía hacía esas personas y el amable trato que nos dispensaban en sus actuaciones.

Hoy la palabra competencia vuelve a resurgir sobre todo en el ámbito educativo. Se parte de la idea de que los aprendizajes han de ser significativos y ante todos útiles para que el alumno llegue a ser capaz de aplicar los conocimientos adquiridos en el ámbito escolar a sus futuros aprendizajes y a su vida ordinaria.
Poniéndonos de acuerdo
Así tendrá más importancia la destreza en el manejo de instrumentos de aprendizajes como los diccionarios, libros de consultas, atlas, páginas de internet, etc.  que en la mera memorización de contenidos que normalmente  solo se usa con la finalidad de superar un examen.

Rincón para aprender a ser
Una herramienta muy útil para el logro de estos objetivos es el trabajo por rincones.  Hemos de considerar que iremos más allá cuando consigamos “competencias sin competencia”. La actividad grupal se convertirá  no solo en una competencia más sino que dará el empuje y el sentido al desarrollo de todas ellas. Todos colaboran, comparten, participan con sus habilidades particulares en la resolución de problemas, modifican sus ideas, toman modelos de los otros, enriquecen al grupo con sus aportaciones, desarrollan la capacidad de diálogo, experimentan la responsabilidad hacia los otros, comparten materiales, investigan incógnitas, descubren enigmas, plantean nuevas hipótesis, aplican las técnicas y conocimientos que cada uno ha adquirido en su entorno familiar.

Rincón para sentir
De esta forma cambiará el modelo de educación que fundamentalmente preconizaba la competencia entre compañeros de clase: obtener las máximas calificaciones, superar al resto del grupo en los trabajos individuales, obtener las mejores marcas en la consecución de objetivos respecto al grupo clase. Y se impondrá un nuevo modelo basado en la cooperación, el trabajo grupal y el enriquecimiento mutuo. Todo ello sin menoscabar el propio crecimiento personal de acuerdo con las capacidades, intereses y motivaciones de cada uno.

En nuestra aula trabajaremos alrededor de cinco rincones de actividad. Todos ellos tienen una función de aprendizaje por lo que serán visitados por la totalidad de los niños y niñas a lo largo de la semana. Cada grupo ocupará cada día un lugar.

Rincón para pensar
Nuestros rincones, en los que debido a su carácter lúdico, cooperativo y social, se trabaja la fundamentalmente la  competencia emocional y para la autonomía e iniciativa personal, podrían clasificarse de la siguiente manera:

Rincón para aprender a expresar. Aquí tenemos nuestra biblioteca de aula. También se encuentra cerca de la pizarra donde podrán practicar con la escritura. En él manejan también juegos didácticos con palabras. Trabajarán  las competencias en comunicación lingüística.

Clasificar, ordenar...jugando
Rincón para aprender a ser. En esta zona los niños podrán desarrollar el juego simbólico, revivir acciones de su vida familiar, compartir emociones e imitar el comportamiento de los adultos que le rodean. Abordaremos el  conocimiento e interacción con el mundo físico, la competencia social y ciudadana.

Rincón para aprender a sentir. En este lugar hallan experiencias artísticas, juegan con el panel imantado a crear composiciones armoniosas, practican ritmos, prueban nuestros sentidos con texturas, colores, sonidos… También jugarán con las creaciones de los talleres.  Es un lugar para relajar el espíritu y dar rienda suelta a nuestra capacidad creadora. Desarrollarán competencias culturales y artísticas

Rincón para aprender a aprender
Rincón para aprender a pensar. Aquí los peques tienen ocasión de desarrollar su pensamiento lógico-matemático. No se trata de manejar simples grafías de números o de realizar algunas operaciones sencillas. Se trata de establecer unas bases para el futuro dominio de las matemáticas. Se trabajan, de forma manipulativa, series, secuencias temporales, posiciones en el espacio, geometría,…a través material o juegos didácticos. Se  manejan competencias matemáticas.

Trabajando en nuestro blog
Rincón para aprender a aprender. Aquí los peques tratarán experimentar con lo aprendido en los demás rincones. Es el rincón de la ciencia y el lugar donde almacenarán mayor cantidad de aprendizajes significativos. Montarán circuitos, rampas, vehículos, mecanos,…En este rincón  manejarán también el ordenador, o bien autónomamente, mediante juegos a los que puede acceder a través de nuestro blog o, o bien con mi apoyo, para la búsqueda de información. Se manejarán competencias para aprender a aprender y  para el tratamiento de la información  y la competencia digital.

Movimiento, ruido, objetos que van y vienen, desorden, interacciones,…Acaso, ¿no esa la impresión que nos produce la visita a un taller, a una fábrica o  a un mismo hospital?
Conseguimos crear proyectos juntos





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Jugamos con las palabras.

El mejor juguete...los compañeros

sábado, 10 de marzo de 2012

Menos, pero no menos.

Las nueve niñas del grupo
El 8 de marzo, con ocasión del Día Internacional de la Mujer,  los peques  realizaron  un pequeño regalo a su madre,  en prueba de agradecimiento por su entrega total y dedicación indiscutible tanto en el ámbito laboral como en el familiar.

Con sus amigos más blanditos
En nuestro grupo de clase, como aún en muchos lugares de nuestra sociedad, las niñas constituyen una minoría. Estas forman un grupo de nueve mientras que el número de varones casi les dobla.  Sin embargo, eso no las restringe, ni desanima, ni las limita en absoluto. Porque aunque son menos, no por ello son menos.

Una colección de muñecas
Cierto es que a la hora de hacer agrupamientos, el desequilibrio entre ambos sexos es bien patente. A la hora de trabajar rincones, realizar trabajos grupales,… se ha de dar una mayor riqueza de relaciones y actitudes si los grupos lo forman individuos de diferentes sexos. Es difícil distribuir equitativamente a las niñas en todos los grupos,  puesto que a veces formamos  cinco, seis, cuatro equipos…No obstante, puesto que desde el primer día ha sido algo natural, nunca se nos ha presentado la menor dificultad en los agrupamientos y ellas ven como normal, si se presta  la ocasión,  el formar parte como único miembro femenino en su grupo.


Potenciales ingenieras.
Cuando reflexiono acerca del tipo de educación que recibíamos hace unos años, descubro  con satisfacción de que hemos avanzado mucho en los distintos ámbitos.  Personalmente reconozco que aunque  no carecí de  oportunidades, tuve que luchar mucho más para conseguir mis metas que los varones que me rodeaban.  Hemos de tener en cuenta que muchos de nuestros mayores consideraban que la formación de la mujer fuera del hogar no servía absolutamente para nada.

Nos apasionan los libros
Sin pararnos en situaciones extremas de explotación de la mujer que aún se dan en demasiados casos en nuestro mundo, eso no es debatible, me gustaría que reflexionásemos en las situaciones más que habituales  que se dan en aquellos entornos en los que ya no se cuestiona la igualdad de la mujer con el hombre. Hemos de reconocer que,  aunque hayamos alcanzado logros,  aún quedan muchas cadenas ocultas en lo más profundo de nuestro ser, ideas arraigadas y grabadas a fuego sobre las que no nos hemos parado  nunca a pensar porque no son noticia, porque no han saltado a la prensa,  simplemente porque no son comerciales. Muchas veces defendemos a la mujer haciéndola adoptar posturas que tradicionalmente han sido  masculinas, forzándolas a renunciar a su propia esencia,  privándolas de la pasión que le produce algo intrínsecamente femenino como es la maternidad, la lactancia, su capacidad de servicio hacia el ser humano,… y en la cual radica gran parte de su poder en la naturaleza.  Pero eso sí, se le impone desde los estratos más populares  de la sociedad que sean bellas, sofisticadas, elegantes,…en una palabra, unas perfectas consumidoras de productos de belleza, clínicas de estética, vaivenes de la moda,…  Contrariamente, en pos de un feminismo de máscara, se les pide sutilmente, muchas veces, que no sueñen de niña con ser princesas, que elijan cualquier color antes que el rosa, que se dejen de atropellar en un partido de fútbol que no les motiva, que jueguen a muñecas a escondidas, que se disfracen en masculino en sus juegos para ser mejor considerada…
Bailar es sano y divertido.

La mayoría de la gente pensará, al leer esto,  que esta postura es algo exagerada y que las niñas en el ambito educativo, son libres de elegir y  altamente reconocidas. Nadie se cuestiona  la superficialidad que encierra el hecho  de que lo más deseable  para las niñas  y lo más coeducativo que llegamos a programar, en demasiadas ocasiones, son actividades cuyos objetivos son que ellas  adopten los patrones masculinos de siempre.

Trabajamos en nuestro blog.
 La coeducación debería dirigirnos a que tanto  niños como niñas descubrieran la grandeza y el valor que tiene el ser mujer. Porque si nos paramos a pensar,… ¿Quién no ha escuchado alguna vez a marido  irreflexivo mofándose de las reacciones de su mujer en el parto? ¿Quién no ha escuchado un chiste acerca de aquella mujer que decide alargar su lactancia más allá de los límites que mandan los cánones sociales? ¿Quién no ha oído alguna bromita acerca de la etapa del climaterio en la mujer, despreciándola  ya como inservible o histérica? ¿Qué mujer a la que apasione su maternidad no ha de ocultarlo en ciertos ambientes? ¿Quién no ha escuchado un comentario desagradable sobre las mujeres que optan por mantenerse sin pareja? ¿Quién no ha recibido algún comentario sobre la inutilidad de la mujer que opta por trabajar únicamente al servicio de su familia?…Tristemente esto pasa también por los oídos de nuestros jóvenes. Ideas terriblemente arraigadas  hoy y si lo analizamos, más de lo mismo.
Derroche de sonrisas

El rosa es mi color
Históricamente uno de los hitos en la dominación de la mujer proviene de una necesidad del varón por controlar ese don tan único de la mujer como es la maternidad, no solamente biológica sino espiritual y tornada en una alta capacidad para su entrega al servicio de la persona. Es una manera de que el varón mantenga la garantía de su descendencia, de dominar ese don único de transmitir la vida, esa capacidad de entrega. Leamos en nuestro interior y comprobaremos  que muchas de nuestras prácticas coeducativas, aunque cargadas de buena intención, no son más que un escaparate, un envoltorio carente de contenido. Tristemente en muchos casos, sin mala fe, una palanca para privar a la mujer de su ser intrínseco de ser mujer, de esa naturaleza de la que se pretende privarla, no con nuevas armas, sino con las misma de siempre, disfrazadas de modernidad.