miércoles, 6 de abril de 2011

Sentir que ha llegado la primavera

Al margen de las molestias que causa por las  alergias y demás, la llegada de la primavera, sobre todo a los andaluces, nos llena de optimismo. La naturaleza se nos muestra en su máximo esplendor y nos envuelve, conduciéndonos  a sentirnos como parte integrante de ella.

Iniciamos el proyecto de primavera
En el colegio, los niños dejan de vestir las gruesas prendas con las que los cubrimos en invierno, manga sobre manga tratando de aislarlos de la humedad  característica de nuestro clima malagueño. Ellos comienzan a lucir sus livianas y coloridas prendas de entretiempo mostrándonos la peculiaridad de cada una de sus figuras infantiles, sus simpáticas posturas y sus movimientos llenos de gracia y expresividad.

Igual que ocurre en el otoño, la primavera inunda cada uno de nuestros sentidos, por lo que nos ofrece una ocasión irrenunciable para trabajar de una forma totalmente práctica con ellos. Hemos de tener en cuenta, así mismo, que también nos colma de alegría y crecen sentimientos de esperanza en nuestros corazones. Abre las puertas de nuestras casas y nos invita a disfrutar de los renacientes jardines y parques.
Mezclamos colores

Por todo ello, deseaba trabajar no solamente el oído, el tacto, la vista, el olfato y el gusto,…sino también de sentido afectivo. Compartir esa ternura que nos despierta la contemplación de las flores, los pájaros, los insectos, los brotes tiernos,…Y que mejor manera que rodeando a los pequeños   de los que más los quieren: sus familias. Así que quedaron invitados los papás, las mamás y los abuelos para colaborar y disfrutar juntos de una jornada creativa.

Despertando los sentidos
¡Manos a la obra! A preparar un taller muy didáctico pero que resultara ser a su vez, festivo, comunicativo, distendido y muy resultón. Los niños habían de sentirse  los anfitriones pero a su vez los protagonistas de la actividad.

El grupo quedó dividido en tres equipos de trabajo y organicé tres talleres: engalanado del patio de la clase, un collage sensorial y una  “fresada” (cocina alrededor de ese fruto). Iríamos rotando cada veinte minutos,
Nos invade un delicioso olor a fresas
de modo que todos participarían de cada actividad. Tres grupos de adultos se ocuparían a su vez de cada uno de los talleres.

Confieso que aunque esta experiencia de talleres con padres no es nueva para mí, siempre que la abordo con un grupo nuevo me produce mucho desasosiego. Temo que las familias no capten el sentido de la actividad, que se aburran o no se sientan a gusto, que los niños se porten mal o alguno haga un numerito y se pelee… Sin embargo, siempre acabo concluyendo que ha merecido la pena y que debemos de repetir.
Pequeños pintores

Pintar un patio con pintura plástica sin que se estropeen los motivos proyectados en  los murales, tratando de no manchar y de que se manchen lo mínimo, sacar diferentes colores con los tintes, conseguir que la pintura no acabe en el pelo, evitar que se cayesen de los andamios…fue toda una hazaña. Los pintores se lo pasaron fenomenal, disfrutando de la brocha y los colores. Ahora solo  queda evitar que pasen la mañana abriendo la puerta porque tienen que andar asomándose  para admirar su obra: “Yo pinté ese”. “Ese es el mío”…


Colores y texturas
El collage sensorial trabaja cada uno de los sentidos de una manera práctica. Los círculos están hecho con materiales de distintas texturas (diferentes lijas, borreguito, terciopelo, cuero, papel estriado,…). Las formas ovaladas están rellena de algodón en tonos pasteles que luego se impregna de colonia. El centro son caramelos que pudimos probar mientras los pegamos y están cubiertos con papel de celofán, con una doble función: proteger los dulces  de la tentación  y producir sonido de crujido al tocarlo. Por último cada pétalo tiene un color y está rematado purpurina. Ojo: Es para disfrutar ¡Se puede tocar! Y oler, o escuchar...
Picamos con cuidado

La “fresada” aromatizó nuestra aula deliciosamente. Las fresas estaban en su punto de maduración y cuando iniciamos la actividad las madres se lanzaron a una maratón para ver quien pelaba más fresas en cinco minutos. ¡Alto, qué son los peques los que pican! Con los cuchillos del socorrido Ikea y sobre platos desechables picaron fresas, plátanos, hicieron zumo de naranja, nata, y… algunos comieron, y comieron y comieron…, algo así como, pico una, como dos. Al final: “fresas con nata”, “fresas con leche condesada” y “fresas con naranja y plátanos”.

Deliciosas...
Ya solo quedaba darnos un banquete con nuestros exquisitos platos preparados. Los padres y madres compartieron el momento y se atrevieron a comer lo que con algo de descuido, pero con mucho cariño habían cocinado los pequeñines. Fue un momento mágico y creo que todos los adultos nos sentimos felices y primaverales viéndolos a ellos satisfechos, contentos, llenos de vitalidad  y enormemente espontáneos.


Primeros brotes
Decoramos los tiestos








Y para rematar  el proyecto decoramos tiestos de macetas con pegatinas de colores para terminar de engalanar nuestro patinillo.
Y como no, con nuestro lápices y un poco de magia, al árbol de la casita de Miguel ya le han salido los primeros brotes.

¡Sentimos que ya es primavera!

Los primeros brotes en nuestro árbol

Nos encanta trabajar juntos

Nuestro collage sensorial

Activando nuestros sentidos

Con la primavera ha vuelto nuestro amigo Emilio

¡Así de bonito nos ha quedado nuestro patio!

2 comentarios:

  1. Gracias Mª Carmen, por dejarnos participar en las activades de nuestros hijos y podamos comprobar como disfrutan aprendiendo. Y nosotros tambien disfrutamos al verlos a ellos felices.

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  2. hola MªCARMEN queríamos agradecer les por invitarnos a clase para celebrar el día de la primavera. disfrutemos munchos colaborando con ellos y los papas, con esos tipos de actividades aprenden con mas ilusiones y a nosotros nos da mas satisfaccion viéndolos como ellos nos mira diciendo "están mis papis en mi clase guauuuu" gracias y hasta la próxima.

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